Esta es una de las dudas más comunes que tenemos todas las mamás. Y no sólo las mamás; es la eterna duda de las abuelas, suegras, primas, amigas y demás familia, incluida pediatras y otros profesionales de la salud.... ¿Quién no te ha dicho alguna vez que tu hijo se queda con hambre? ¿Cuántas mujeres cuentan que han dejado de amamantar a sus hijos porque no les llegaba la leche? Pero, qué hay de verdad en esto? Hoy vamos a intentar explicar los mecanismos de producción de la leche materna, para que nadie más pueda meterte en dudas:
La teta (lo siento, pero no me gusta llamarle pecho ni mama, espero no ofender a nadie, y si lo hago, lo siento mucho) es un órgano perfecto. Está formado dos partes: la glandular y la grasa. La parte glandular está formada por una especie de racimos de uvas, donde cada uva es la encargada de producir la leche y almacenarla en su interior. La grasa es la que provoca las diferencias de tamaño entre las mamas de mujeres diferentes. Es decir, no importa si tienes la teta grande o pequeña, ambas producirán lo mismo, porque lo que confiere la diferencia de tamaño es la grasa, no la cantidad de tejido glandular.
Durante el embarazo, la teta va cambiando poco a poco para adaptarse a producir leche en el postparto. No tienen que crecer obligatoriamente. Cada mujer lo nota de manera distinta, y algunas ni lo notan. Pero el gran cambio, ocurre en el postparto. En cuanto nace el bebé, comienza un torrente de hormonas que hace que empiece la fabricación de leche.
Al principio (y durante la etapa final del embarazo) está el calostro. Mucha gente cree que el calostro no alimenta, o que hasta que nos suba la leche, el bebé no tendrá suficiente con el calostro, pero el calostro es maravilloso, y muy importante para nuestro bebé. Es oro líquido, y le proporciona al bebé todo lo que necesita: sobre todo, anticuerpos, que le protegen de infecciones y futuras alergias y problemas. El estómago del bebé no está preparado para recibir un gran volumen, y así debe ser. Si le damos mucha cantidad, esto disminuirá en el futuro su sensación de saciedad, y aumenta las posibilidades de tener reflujo. Así que la cantidad de calostro que nuestro cuerpo produce es muy poca, pero es exactamente la que nuestro bebé va a necesitar.
Es probable que los primeros días, nuestro bebé reclame mamar muy frecuentemente. Es normal y saludable, y la lactancia materna siempre debe ser a demanda, de manera que sea el bebé el que decide cuándo y cuánto come en cada toma.
Hay dos hormonas que intervienen en la producción de leche: la oxitocina y la prolactina. Vamos a explicar un poquito cómo funcionan, y cómo es importante conocerlas y respetarlas para dejarlas que actúen:
OXITOCINA
Es la hormona que produce las contracciones durante el parto. También interviene en otras funciones: Se segrega en situaciones de felicidad, relax y en aquellas relacionadas con el amor (flechazo, orgasmo...). Por eso, también se la conoce como "la hormona del amor". También es la encargada, durante la lactancia, de exprimir las uvitas de los racimos (las células productoras de leche) para que salga la leche que han fabricado y el bebé pueda tomarla. Es común cuando amamantamos, notar el reflejo de eyección, que provoca la oxitocina (sensación de hormigueo o pinchazo que se produce al poquito de empezar a mamar). Es importante señalar que la oxitocina, a la vez que hace su función en el cuerpo, nos prepara para enamorarnos de nuestro bebé (y a él, del mismo modo, de nosotras). La oxitocina se segrega como respuesta a la succión del bebé, al oir su llanto, al pensar en darle de mamar... y al igual que ocurre durante el parto, es una hormona muy tímida. Necesita que la mamá esté relajada, sin dolor y sin estrés. A veces pasa que la teta está llena, pero esta hormona no es capaz de actuar (p. ej. con la habitación llena de visitas y la madre tensa). el problema, en este caso, no estaría en la producción, sino en que la oxitocina no puede actuar, y la leche no puede salir.
PROLACTINA
Es la hormona productora de leche propiamente dicha. Depende de dos factores: la succión del bebé en la teta, y el vaciado de ésta. Se segrega más de noche que de día (te has fijado en lo listos que son los peques? Ellos saben que deben mamar de noche...). Para que haya una buena producción, tiene que haber una buena succión (el bebé tiene que engancharse bien) y una cantidad suficiente de succión (tomas frecuentes y que duren suficiente tiempo). No podemos poner unos horarios, porque cada bebé es diferente. Basta con saber respetar la demanda del bebé. Ojo, que el llanto es un signo tardío de hambre. Cuando el bebé se lleva la mano a la boca, o despierta, podemos amamantarlo. si lo llevamos pegadito, basta con notar que se mueve, y ya podemos ofrecerle la teta. No tiene que aguantar un tiempo determinado, ni una hora ni dos ni tres... Podemos darle con la frecuencia que queramos sin miedo a que se empache ni que le pase nada. Simplemente, cuanto más frecuente, más leche produciremos. Esto es especialmente importante durante los primeros días. Es obvio que si le ofrecemos un chupete al bebé, este succionará menos la teta, disminuyendo la producción. Lo mismo pasa con los biberones de "complemento" (o peor, ya que el niño es hiper saciado y tardará más en reclamar).
ENTONCES, CUÁL PUEDE SER EL PROBLEMA?
- La mayoría de las veces no hay ningún problema. Simplemente, la madre o su entorno, interpretan que algo no va bien. Por ejemplo, si el niño llora frecuentemente, o si pierde peso los primeros días (algo totalmente normal) se le da un suplemento, que lleva a que el niño tarde más en demandar, disminuyendo la producción, e incrementando cada vez más el problema, ya que cada vez necesita más suplemento. Es importante hablar de la segunda noche de vida. El bebé llora frecuentemente y pide continuamente alimento. Esto es normal, y no significa nada.
- Otras veces, el problema es yatrogénico (provocado por las intervenciones). El parto y el postparto inmediato (las primeras horas después de nacer el bebé) son dos momentos claves para que la lactancia se instaure con éxito. La administración de oxitocina sintética, la epidural, los sueros... pueden dificultar la lactancia. Esto no significa que las madres que paren con epidural no puedan dar de mamar, pero pueden tener dificultades y necesitar más ayuda (por ejemplo, el bebé puede no nacer tan despierto, o con sus reflejos tan activos, y el vínculo tampoco es igual).
- Tras el nacimiento, es importante que se le deje al bebé ir solo al pecho y hacer la primera toma sin separarlo de su madre. Los problemas de agarre, si se hace de este modo, son mucho menos frecuentes. Los bebés nacen sabiendo, no necesitan que nadie los ponga al pecho, sólo permanecer en contacto piel con piel con su madre sin interrupciones.
- Durante los primeros días, es importante que el bebé y la mamá cohabiten (estén juntos en la misma habitación) y que el bebé sea puesto al pecho a demanda. El colecho (dormir con el bebé) es saludable y beneficioso para la lactancia materna.
- A veces, se trata de un problema de succión, ya sea por falta de fuerza, porque ha habido interferencia o separación, por problemas anatómicos (frenillo).
- Lo menos frecuente, que sea por una enfermedad materna.
- También puede ser por problemas emocionales o de formación de vínculo
¿QUÉ PUEDO HACER SI SIENTO QUE NO TENGO SUFICIENTE LECHE?
- Acude a un grupo de apoyo. Seguro que hay alguno cerca de ti. Casi todos los grupos de apoyo, tenemos un teléfono que funciona 24 horas al día, 365 días al año, con una asesora de lactancia al otro lado, lista y capacitada para escucharte.
- Intenta pasar el máximo tiempo pegada a tu bebé. Seguramente, alguno de los puntos anteriores habrá fallado. No te sientas culpable. No lo eres. Busca una solución, que seguro que la habrá.
- A veces basta con quitar la interferencia (por ejemplo, el chupete). Otras veces, hará falta lactancia intensiva (reposo con el bebé encima y lactancia frecuente).
- En raras ocasiones, hará falta suplementar al bebé con un relactador (dispositivo que alimenta al bebé mientras éste succiona) durante un tiempo para continuar con la lactancia.
- Busca información. Acude a un grupo de apoyo durante el embarazo. Esto puede prevenir problemas en el futuro.
- Si te duele al amamantar a tu bebé.
- Si el bebé no hace pis (a partir del 4º día debe mojar 6 pañales al día).
- Si después de los primeros 15 días de vida sigue perdiendo peso.
SIGNOS QUE NO INDICAN QUE NO LE LLEGA LA LECHE
- Que se chupe el puño. El bebé nace con un instinto de succión muy fuerte. Además, el puño conserva el olor del líquido amniótico, que lo relaja.
- Que llore mucho. Hay millones de causas del llanto. El hambre no suele estar entre las más frecuentes.
- Que si le doy un biberón después de la toma de pecho, se lo tome. lo mismo, el instinto de succión puede llevarle a tomar más de lo que necesita.
- Que si me saco leche, no sale nada. Es normal, sacarse leche requiere entrenamiento y práctica. el bebé lo hace mucho mejor que nosotras.
- Que no hace caca a diario. Los bebés alimentados a pecho no tienen por qué hacer caca todos los días.
Yo tuve ciertos problemas para dar el pecho, pero por suerte hay una gran variedad de leches para bebés que nos pueden ayudar y mucho, a pesar de todo la lactancia de mi bebé fué un éxito y cada día está más guapo y fuerte
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