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TENEMOS QUE SER CAPACES DE RESPETAR LO QUE HACEN NUESTROS HIJOS EN LA ALIMENTACION (Carlos Gonzalez)
Los problemas “gordos”, asegura, vienen “por meterles la comida a la boca”
LOGROÑO, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
El pediatra Carlos González, autor de obras como ‘Bésame mucho’ o ‘Un regalo para toda la vida’, consideró hoy que “tenemos que ser capaces de respetar lo que hacen nuestros hijos” en la alimentación. Así, se preguntó cómo un niño de seis meses no va a ser capaz de llevarse a la boca un macarrón “si se lleva unas llaves: más sólido que eso”.
González, presidente de la Asociación Catalana Pro-Lactancia Materna y miembro del Consejo de Asesores de Salud de La Leche League International, acudió hoy a Logroño para impartir un curso, en el CIBIR, para personal sanitario.
Además, mañana, el pediatra ofrecerá la conferencia ‘Lactancia y alimentación complementaria’, dentro de las III Jornadas de Lactancia, organizadas por Al-Halda, y en las que, también, habrá un coloquio con González y se presentará el ‘Método Canguro’.
En declaraciones a Europa Press, señaló que la alimentación complementaria “no es una cuestión médica”. “El hecho de que yo esté hablando de estos temas”, dijo, “es un poco accidental” y, por lo tanto, se reconoció como un “pediatra que casualmente se interesa por cuestiones que no son propiamente pediátricas”.
“Propiamente pediátrico”, añadió, “sería decirle: a su hijo no le de alcohol, o no le de nada más que pecho hasta los seis meses”. Sin embargo, “decirle cómo le tienes que preparar la comida, o si tienes que darle antes la fruta, la verdura o el pollo no”.
Adelantó cómo su intención, en la charla de mañana, es decirles a los padres que “los niños pueden comer comida normal desde el primer momento, y que pueden comer por si mismos; y que jamás tendríamos que meterle un alimento en la boca a no ser que esté paralítico”.
Preguntado acerca de si debe tenerse cuidado de no transformar la alimentación complementaria en sustitutiva de la leche materna contestó: “eso ya se da por supuesto”. “La lactancia materna está muy bien”, dijo, “pero los problemas gordos los estamos viendo por otro lado y los tienen igual los niños de pecho que los de biberón”.
El problema, explicó, es “meterle la comida en la boca; el problema es obligarle a comer al niño, pelearse con él para que coma; el problema es que cada vez vemos más niños de dos o de tres años que no mastican porque todo lo han tomado triturado”.
Así, dijo, cuando a un niño se le da de comer, al principio, siempre con papilla ”llega un momento en que la madre empieza a quejarse” y se le llega a “ridiculizar” porque no es capaz de comer sólidos, pero es porque “se ha caminado en un camino contrario”.
Las consecuencias de esto, dijo, son principalmente sociales, porque no se acepta que un niño de cierta edad coma solo sólidos (ni en casa ni en el colegio); aunque también hay logopedas que afirman que puede haber problemas de habla por no haber utilizado la mandíbula (algo de lo que González dijo no conocer estudios científicos).
Por tanto, “va a acabar siendo un conflicto para un niño que no te ha pedido comida triturada o que le des de comer a la boca”. Así, “si sólo come un macarrón magnífico, porque está aprendiendo, dado que no es un problema de alimentación: para la alimentación tiene el pecho o el biberón, que alimentan más que unas verduras”.
Para el pediatra, dar de comer es como hacer los deberes: “si hace él una ecuación, con borrones, está aprendiendo; pero si se las haces tú, y le llenas cuatro hojas de la libreta con muy buena letra, no sirve de nada”.
Se trata, no obstante, dijo, de “una falta de respeto involuntaria e inconsciente”, y surge “porque la madre no ha reflexionado sobre el respeto y le han hecho creer que eso es normal”
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