Bienvenido al blog del grupo A Brazos

Bienvenido al blog del grupo A Brazos.
Este es un lugar donde puedes encontrar información sobre maternidad y crianza, compartir dudas y sentirte apoyada en la maravillosa experiencia de nacer como madre o padre.


Buscar este blog

miércoles, 15 de febrero de 2012

Violencia institucionalizada

Hace poco estuve en la planta de pediatría de nuestro hospital de referencia. Iba a colgar unos carteles y a presentar el grupo. Las enfermeras estaban ocupadas, así que tuve que esperar un poco en el pasillo... Creo que estaban pasando visita los pediatras, o quizá estaban pinchando por las habitaciones... No lo sé. El caso es que un grupito de unas cuatro o cinco personas estaban entrando en ellas por orden. De repente, entran en una habitación de las del fondo del pasillo. Abren la puerta y se oye a un bebé que empieza a llorar y gritar. No sé calcular la edad, pero todavía no sabía hablar. Sus gritos, desgarradores. El miedo se palpaba y se oía. Se oye también una voz de adulto, femenina, dulce, diría yo... que dice: vamos a terminar enseguida. No, no, deja a tu mamá, que se tiene que ir.... mamá se va... Los gritos se hacen cada vez más fuertes. La madre sale y son insoportables. Me agarro a mi hijita. Se me revuelve el estómago y comienzo a ponerme mal. Dejo los carteles y me voy.

Ya en casa, varias preguntas rondan en mi cabeza: "Es necesario esto?¿Por qué? ¿Por qué aumentar el trauma que supone un ingreso a esta edad con este tipo de violencia gratuita? ¿Qué sentirá un bebé cuando entran 5 desconocidos, que probablemente le harán daño físico, y su mamá, que se supone que lo tiene que defender, le abandona?

Y las mamás mamíferas? ¿Qué nos han hecho? ¿Cómo podemos ser capaces de abandonar a nuestra cría en semejantes circunstancias?

Por supuesto, no tengo las respuestas. Pero he pensado mucho sobre este tema, porque realmente me fui a mi casa muy tocada, y se me ocurren algunas reflexiones:

Vivimos en una sociedad que ha depositado todo su poder en los médicos, que son los nuevos sacerdotes. Una frase muy socorrida es: "Me lo dijo su pediatra". Bajo esa premisa, se legitimizan toda clase de cosas absurdas, desde suplementos hasta métodos de tortura como dejarlo llorar, obligarle a comer, castigarle... ¿Por qué las madres hemos sacrificado nuestro saber ancestral a favor de la ciencia? Es una cuestión compleja. Por un lado, los nuevos sacerdotes nos dicen que hay que confiar en ellos, que si lo hacemos todo saldrá bien, que tendremos un bebé perfecto, que ellos son los que saben. Esto les coloca en una posición de poder, y nosotras les entregamos a nuestros hijos, nuestros partos y nuestra maternidad. Por qué? Qué obtenemos? Pues una contraprestación muy importante. Nos exime de la responsabilidad. Nunca erramos, no nos equivocamos porque no decidimos. Así, si algo va mal, no es mi culpa, es "su culpa". Ellos tienen la responsabilidad total sobre nuestros cuerpos y los de nuestros hijos, y si fallan, les denunciamos, porque ellos han decidido y se han responsabilizado por ello. Esto puede parecer una pesada carga, pero también hay un "premio" a cambio: la sensación de poder que alimenta a los egos maltrechos de los que deciden dedicarse a este sacerdocio.

Y mientras tanto, nuestros pobres hijos, que no comprenden nada, reciben desde que llegan a este mundo, los resultados de esta extraña alianza. Durante 9 meses su mamá los ha nutrido, acunado, acompañado, cantado, alimentado como sólo ella sabe. Les ha dado todo lo que necesitan, pero llegan aquí y mamá ya no está. Ese vínculo se rompe. Está solo y no sabe por qué. Mamá duda y no sabe cómo tratarlo, ni como alimentarlo ni como amamantarlo... A veces, ni siquiera está mamá porque la institución no se lo permite... Muchas preguntas sin respuesta.... 

Lo bueno de este cuento es que cada vez más madres somos conscientes de que podemos, y que sólo hace falta creerlo para poder.... Este es el verdadero valor de los grupos: que nos hacen creer en nosotras mismas y recuperar lo que, por sentido común, nos pertenece. Eso es lo que da sentido a las reuniones... Saber que no necesitamos nada, sólo a nosotras mismas para cambiar el modelo de crianza, y por ende, el mundo en el que vivimos.

1 comentario:

  1. sin ánimo de ofender espero no herir sentimientos pero....
    que manera de dramatizarlo todo!!!! , de verdad que visión más deprimente de todas maneras no sabes lo que pasaba detrás de esa puerta , no sabes la edad ni las circunstancias.... , en vez de irte mejor le hubieras preguntado a la mamá si podías ayudarla ,me parece que marcharte y escribir un ensayo de la injusticias que se cometen en el mundo es lo más fácil...

    ResponderEliminar